Estudio Bíblico Nº 6
Exégesis
de Versículos Bíblicos
Versión
usada: RV 1960-Textus Receptus
1ª Corintios 15:1-20
15/09/2015
10:17
Jaris Vega
Lcdo. Teología
MtTh. (Mg) Teología
Nota: solo el Sr. Jaris Vega es el responsable de los comentarios que expone en este artículo.
1ª
Corintios 15:1-2.- “Además
os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis
la palabra que os he predicado...”.
Pablo se dispone a recordarles el evangelio que una vez
les había anunciado, y por medio del cual habían encontrado la salvación. Este
evangelio lo habían recibido en el pasado, y muchos aun permanecían firmes en
la doctrina que habían aceptado.
(J.V.) Pero ¿existía la necesidad de recordárselas otra vez? ¿Por qué?
1ª
Corintios 15:2.- “...sois
salvos, si no creísteis en vano”.
“Sois salvos”.
La Escritura no registra “fueron salvos”,
o “habéis sido salvos", expresiónes preferidas entre los creyentes, sino “estáis siendo salvos”, presente
continuo griego.
(J.V.) Es una doctrina bíblica que la salvación no debe "dejar de alcanzarse", sino estar ocupados en guardarla hasta aquel día cuando entremos en el Reino.
1ª
Corintios 15:2.- “por
el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si
no creísteis en vano”.
“Si retenéis”. “Si”, clausula que establece una
condición restrictiva. La condición a cumplir es “...retenéis la palabra”.
Es una referencia a el
mensaje, tal cual el apóstol
lo anunció, sin cambio alguno.
(J.V.) Permanecerán siendo salvos sí se mantienen
creyendo la doctrina recibida, sin falsearla ni confundirla. Falsear la
doctrina en algún punto, aunque se permanezca en la congragación como un
creyente en Cristo, es haber creído en vano (2ª Tim. 2:18). Un evangelio sin
poder no salva a nadie (Rom. 1:16), y la doctrina correcta si salva (Colos.
1:23; Hebr. 3:6; ¡ª Tim. 4:16).
1ª
Corintios 15:3.- “Porque
primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí”.
El contenido de este mensaje
lo recibió el apóstol directamente del mismo Señor Jesús , y contiene estos
elementos: la muerte, el entierro, la resurreción y las apariciones de Jesús.
(J.V.) Tergiversar cualquiera de estos temas y de la doctrina en general, tendrá
graves y eternas consecuencias. Así pues, el apóstol pasa otra vez a relatarles
el evangelio que salva.
1ª
Corintios 15:3.- “Que
Cristo murió por nuestros pecados”.
En los versículos del 3 al 8
se narra, brevemente, la historia de la Redención obrada por el Hijo de Dios.
Aquí el relato comienza con la muerte del Mesías.
(J.V.) Sí este hecho es
tergiversado, confundido o errado, ¿qué queda? Solo una fe sin contenido. Pero
la muerte de Jesús fue algo cierto.
Sin ella la salvación es una ilusión, y la
vida una desesperanza. “Por”, indica la muerte vicaria, sustitutoria del hombre
Jesús en nuestro lugar (Is. 53).
(J.V.) Allí, en la Cruz, hubiéramos tenido que estar
todos nosotros, eternamente, sí el Hijo de Dios no se hubiése encarnado en
María.
1ª
Corintios 15:3.- “...conforme
a las Escrituras”.
Jesús murió por nuestros
pecados, lo que significa que no murió como un martir, ni por ser un buen
hombre; no murió para dar un ejemplo moral al mundo; ni por motivos altruitas o filantrópicos. Nada más lejos de la Verdad, aunque algunos de estos elementos
puedan estar contenidos en la obra de la Redención. Su muerte fue expiatoria,
el “justo por los injustos” (1ª Ped. 3:18), y no enterderlo, comprenderlo o
confundirlo y olvidarlo, es negar la fe que se profesa.
1ª
Corintios 15:4.- “y
que fue sepultado”.
La Sagrada Escritura es
clara al decir que Jesús, ciertamente murió, pues de lo contrario no se diría
que fue sepultado (Hchs 13:29-30; 2:29).
1ª
Corintios 15:4.- “y
que resucitó al tercer día...”.
“Ha resucitado”.
¡Es en este hecho en el cual se es salvo! No lo equivoques nunca.
Esto es un asunto vital y esencial en la obra de la salvación. Cualquier
extravío, tergiversación, o simple descuido y apatía en esta doctrina socava
todo el fundamento evangélico puesto por el Señor y por Pablo (1ª Corint.
3:12). Para muchos es solo un elemento más dentro de la doctrina o un credo. Se
ha transformado una creencia conocida, aceptada pero superficial, obtenida, a
veces, casi de “segunda mano”.
1ª
Corintios 15:4.- “...resucitó...conforme
a las Escrituras”.
(J.V.) ¿Cómo explicar esta parte
del evangelio? Lo que sabemos es que, simplemente, la muerte no pudo retener a
una persona que tiene Deidad, y que además, en su naturaleza humana es
perfecta, sin pecado, sin falta alguna, ni física, ni moral, ni mental, ni
espiritual. Y por ello es que Jesús puede ser Rey, Juez y Salvador. Es y será
un hecho único en toda la historia.
1ª
Corintios 15:5-8.- “y
que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de
quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya
duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último
de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”
Se hacía necesario presentar
las pruebas de la resurrección de Jesús, y Pablo cita los testigos oculares de
la misma. Se apela, incluso, a testigos que aun vivían (6). “Llevó cautiva la
cautividad” (Efes. 4:8). En la Biblia siempre fueron importantes los testigos
(2ª Cor. 13:1).
1ª
Corintios 15:12.- “Pero
si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre
vosotros que no hay resurrección de muertos?”
En la iglesia de Corintio
muchos admitían la resurrección de Cristo, pero no así una resurrección general y personal de muertos. Extraviaban y torcían la doctrina establecida por el Señor, al
precio de su propia sangre. Quizá solo creían en una resurrección espiritual (2ª
Tim. 2:18), o peor aun, en la aniquilación total del ser. Es contra este grave
error que Pablo escribió este capítulo en cuestión.
(J.V.) Torcer y desvirtuar la doctrina de la resurrección es condenarse, por muy justificado que se esté. La doctrina recta si salva.
1ª
Corintios 15:13.- “Porque
si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.”
En la iglesia siempre han
existido herejes, quienes queriendo desmitificar los relatos históricos, y
permaneciendo como creyentes de execelente moral y buen testimonio, no han
dudado en confundir o torcer la victoria de los siglos: la resurección de
Jesús. Pablo les dice que no es posible negar la resurrección de los muerto sin
negar también la resurrección de Cristo. Una cosa lleva a la otra.
1ª
Corintios 15:14-18.-
“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también
vuestra fe...Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.”
Si Cristo no hubiese
resucitado la fe estaría vacía, sin propósito; el evangelio carecería de
contenido, y el ser humano no podría aspirar a una vida superior en la
eternidad, en el Reino de Dios. Y los predicadores y heraldos del evangelio
serían falsos testigos de Dios; y los que ya habían muerto en Cristo habrían
perecido.
1ª
Corintios 15:20.-
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron
es hecho”.
Pero Pablo afirma el hecho
de la resurreción del Mesías. Y lo hace diciendo que Cristo es”las primicias de
los que durmieron”, es decir, fue el primero en resucitar de entre los muertos
a una vida inmortal (Colos1:18), y se presentó a si mismo, en el Tabernáculo
Celestial, ante el Padre como mediador y representante de todo aquel que crea
en su mensaje y se convierta en su discípulo. Nuestra resurreción esta
asegurada por Él (Juan 14:19).